
Fernando SANS RIVIÈRE
ÓPERA ACTUAL 219
(DICIEMBRE 2019)

REBEKA, Marina Spirito
Obras de Bellini, Donizetti y Spontini. O. y C. del Teatro Massimo de Palermo.
Dir.: Jader Bignamini. Prima Classic 850000325005.
1 Cd. 2018.
La soprano letona Marina Rebeka ya ha triunfado en los más importantes teatros del mundo y en España ha cosechado éxitos en el Teatro Real de Madrid, en el Palau de Les Arts de Valencia o en el Palau de la Música Catalana de Barcelona.
En su tercera grabación en solitario, tras las dedicadas a Mozart y Rossini, Rebeka aborda el repertorio belcantista. En 2012, grabando la Petite Messe Solennelle con Antonio Pappano y la Orquesta de Santa Cecilia de Roma, descubrió las diferencias entre el manuscrito original y la edición crítica. Ahora, en este lanzamiento de su propio sello discográfico (Prima Classic), ha realizado un estudio profundo de óperas de Bellini, Donizetti y Spontini ofreciendo una interpretación lo más natural posible y creando sus propias variaciones. Rebeka presenta un importante instrumento y una técnica especialmente dotada para este repertorio. Se trata de una voz cálida, aterciopelada y de bello timbre, capaz de ofrecer una potente proyección del registro central con agudos bien timbrados y mantenidos. A la vez posee una destacada expresividad, adecuada dicción y un especial talento para captar la esencia de los personajes, aunque en ocasiones su voz suene un punto metálica.
Su “Casta diva” es más reflexiva de lo habitual, casi una plegaria que es secundada con mimo por el director Jader Bignamini y la Orquesta y Coro del Massimo de Palermo, que realizan un trabajo realmente interesante con especial atención a las piezas instrumentales. En “Ah! bello a me ritorna” juega con las escalas y sobreagudos con suficiencia, con una pirotecnia vocal intensa y un fraseo elegante y musical. Su emisión expansiva luce perfectamente, al igual que en Il pirata, una ópera que la artista desgrana con una cuidada dicción, delicado fraseo y un interesante registro grave. En “Col sorrisso d’innocenza” sorprende por su capacidad de proyectar unos agudos límpidos y que apiana a voluntad sin olvidar el temperamento requerido.
En los tracks dedicados a las reinas donizettianas su voz se amolda de forma ideal para desplegar toda la belleza y calidad de las piezas. En Maria Stuarda sobresale la autoridad que requiere el personaje en el registro central con una destacada expresividad, así como con unos sobreagudos impresionantes. En Anna Bolena el canto se torna más introspectivo, encadenado todo tipo de recursos, cuidando el fraseo y con un legato de calidad unido a interesantes florituras, al igual que en la popular “Al dolce guidami”. Excelente resulta la adecuación de la soprano a La Vestale de Spontini, en la cual su canto en francés luce adecuadamente, más elegante y musical si cabe.